El funk es un género musical que nació entre mediados y finales de los años 1960 cuando músicos principalmente afroamericanos fusionaron soul, jazz, ritmos latinos (mambo, por ejemplo) y R&B dando lugar a una nueva forma musical rítmica y bailable. El funk reduce el protagonismo de la melodía y de la armonía y dota, a cambio, de mayor peso a la percusión y a la línea de bajo eléctrico. Las canciones de funk suelen basarse en un vamp (una figura, sección o acompañamiento repetidos) extendido sobre un solo acorde, distinguiéndose del R&B y el soul, más centrados alrededor de la progresión de acordes.
El soul es un género musical originario de Estados Unidos que combina elementos del góspel, del doo-wop y del rhythm and blues.1 De acuerdo con el Rock and Roll Hall of Fame, el Soul es un tipo de «música que surgió de la experiencia de la comunidad afrodescendiente en América a través de la transmutación del góspel y del rhythm & blues en una forma de declaración funky y secular».2 Los ritmos pegadizos, acentuados por palmas y movimientos corporales espontáneos, son un importante elemento del soul. Otras características son la llamada y respuesta entre el solista y el coro, y un sonido vocal particularmente tenso. El género utiliza también, ocasionalmente, añadidos improvisados, giros y sonidos auxiliares.